El voto a los dieciséis

A lo largo de la historia, los jóvenes de entre 16 y 18 años no han votado pero han sido protagonistas directos de luchas y conquistas sociales, ejemplos de ello son la Reforma Universitaria del año 1918, la tristemente célebre “Noche de los lápices”, la inquebrantable lucha en los años 90 (que todavía continua) por la defensa de la educación pública, la defensa de la democracia ante cada intento de ruptura institucional, la movilización en miles de Universidades y escuelas secundarias.

Este derecho no solamente habilita la participación política de los jóvenes a través del voto, sino que constituye un reconocimiento a quienes, con 16 años asumen obligaciones laborales, la mayoría de las veces en condiciones indignas, ya sea para su propio sustento o para aportar económicamente al sostén de sus hogares o para mantener sus estudios, e incluso, en mucho casos, como sostén de sus propios hijos ya que muchos de ellos ya son madres y padres de familia con todas las responsabilidades que ello implica.

Este vacío jurídico en el reconocimiento de los derechos de los jóvenes no se compadece con la responsabilidad penal que sí les cabe frente a un delito. En este sentido, resulta paradójico que alguien que puede ser penalmente responsable a los 16 años de edad en determinadas circunstancias, no tenga la capacidad de elegir a sus gobernantes.

Los jóvenes tienen mucho para aportar a la construcción colectiva, pero no alcanza con un voto más temprano. Es necesario que el Estado oriente los recursos en una agenda que se traduzca en más y mejores políticas públicas para que el voto a los 16 años no convierta a los jóvenes en meros objetos de la política partidaria sino que, por el contrario, los convierta en sujetos de derecho que equipare sus responsabilidades y obligaciones con su derecho a la participación política.

Con respecto a la propuesta oficial, aquí detallamos nuestras diferencias y aspiraciones:

-  No se encuentra sustento alguno para otorgar el carácter de voluntario al voto a partir de los 16 años. No podemos hacer diferencias con respecto al derecho al voto, lo contrario implicaría una discriminación a los menores de 18, así como una clara contradicción con nuestra Constitución Nacional que en su articulado estipula que el sufragio es “universal, igual, secreto y obligatorio". *

- La ley Nacional que regule el voto a partir de esta edad debe instar a todas las legislaturas provinciales y concejos municipales a sancionar una normativa que replique el derecho de los jóvenes a partir de los 16 años a votar. No se puede permitir que los jóvenes participen únicamente de las elecciones de carácter nacional y vedarles la posibilidad de participar en la toma de decisiones de sus provincias y localidades. *

 - La modificación de la actual ley de partidos políticos debe tener por objeto que los jóvenes a partir de los 16 años puedan pertenecer en el carácter de afiliados a los partidos políticos. *

- Proponemos el tratamiento en el Congreso Nacional de una ley integral que contemple los derechos de los jóvenes (civiles, políticos, económicos, culturales y sociales) y legisle en la búsqueda de crear instancias legales e institucionales que mejoren la situación de extrema vulnerabilidad en la que se encuentra gran parte de nuestra juventud. *
- No aceptamos jóvenes presos en cárceles comunes a los 16 años. Debemos repensar el rol del Estado en esta temática, apostando a la educación, participación e inclusión por sobre el encierro y la marginalización social. Resulta crucial la sanción de una nueva ley que respete las garantías procesales establecidas constitucionalmente y refleje los nuevos paradigmas vertidos en la Convención de los derechos del niño. *

- Se debe incorporar el cupo joven en las listas de candidatos a cargos electivos en todos los niveles eleccionarios, respetando los límites de edad impuestos por nuestra Constitución Nacional. *

- Hace falta implementar proyectos y líneas de promoción de los centros de estudiantes con la finalidad de incentivar la participación, fomentar la ciudadanía y el fortalecimiento de los valores democráticos. *

(*) partidosocialista.com